jueves, 8 de agosto de 2013

El verano empieza con el primer gazpacho. Jo, claro que empieza. Es la señal de que ya se puede comer en el jardín, y que los días van a ser cada vez más largos.
Y el invierno, el invierno empieza con el primer cocido. O la primera sopa. Pero algo de peso. Algo pesado. Porque el invierno es largo, y terriblemente pesado. Eterno.
Y el verano ligero, como el gazpacho.
Como una brisa. Y el invierno como una nube obesa que no se mueve.
No quiero que llegue la nube. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

la gente está buscando en internet tu opinión de mierda (es broma, es de una canción de Astrud muy buena) comenta, eres bien recibida.