-Entonces…
-Esta es mi teoría. Amanda ha tenido algún problema, pero
problemón. De los grandes. Ella no lo ha causado, quiero decir, es una buena
chica. No mataría una mosca. Seguro que está muy perturbada, que algo en su
cabeza no anda bien, pero no es su culpa. Alguien la ha metido en esto y hay
que sacarla.
Estaba amaneciendo, una luz rosa inundaba el pequeño salón
de la casa. Era una luz realmente agradable, acogedora y fría a la vez; como de
sueño, como de nubes. La gata dormía entre los dos jóvenes boca arriba, que
seguían tumbados en el sofá. Manu y Saúl se encontraban como en una película,
no sabían muy bien qué hora era, qué iban a hacer, qué había pasado. Hablaban
ahora de aquella profesora de matemáticas que tenían en común. A Saúl le
gustaban las series de detectives, de investigaciones y abogados: ahora él era
Sherlock Holmes. A Manuela le gustaba escucharle e imaginarse distintas causas
y situaciones que de vez en cuando compartía con el detective inexperto. Era un
juego emocionante. De momento.
Hagamos una pequeña pausa. Creo que no os he hablado en
profundidad de esta gente. Voy a ello.
Saúl vive en una acomodada casa en un acomodado barrio de la
capital, sus padres trabajan día y noche y él y sus hermanos están bajo el
cuidado de Dorota, la muchacha. Miento. Él está bajo el cuidado de Dorota. Sus
hermanos abandonaron el hogar hace ya tiempo. Están felizmente casados. Pese a
estar a punto de cumplir la mayoría de edad Saúl es tratado como a un niño
pequeño. Pero es extraño. En ocasiones sus padres se comportan como si él fuese
un experimentado y curtido hombre, con múltiples conocimientos sobre la vida.
Al momento vuelve a ser el niño de mamá. Su bebé. Esa es su continúa
frustración. ¿Hay algún adolescente leyendo esto? Decidme, ¿no os ha pasado que
sois mayores para muchas cosas y todavía unos niños de la infancia para muchas
otras? Así era el día a día de Saúl, llevado al extremo. No saca las mejores
notas, no es el más atlético de la clase. No es el más nada. Miento otra vez.
Saúl es el más observador. No se le escapa nada. Creo que algún día será un
excelente abogado.
-Creo que deberíamos investigar esto de verdad.- dijo la
chica tras un largo silencio.
-¿De verdad? ¿Nosotros?- Saúl se sorprendió. No esperaba
algo así.-Pero somos menores, no tenemos experiencia, no tenemos ni idea. Puede
ser un lío.-
-Escucha, de verdad me apetece. Creo que es perfecto. Una
motivación, algo que hacer juntos. Una aventura. Hacía mucho que no me sentía
así. Es emocionante. Y vamos a ayudarla. Porque quieres ayudarla ¿no? No
quieres que siga así. Yo digo vamos.-
Saúl no respondió inmediatamente. Era una empresa
complicada, pero podría salir tan bien… Y Amanda le inspiraba esta mezcla de
compasión, cariño y algo más que no lograba identificar.
Tienes un estilo alucinante, único, increíble, insuperable para escribir! Espero, algún día, entrar por casualidad en alguna librería de Madrid, de Barcelona... (¡Qué digo! De cualquier parte del mundo) y encontrar una bonita obra de arte con relatos originales y palabras brillantes con tu nombre en portada. Ese libro, ése, valdría la pena mil y una veces.
ResponderEliminarPD: Internet encontró mi opinión de mierda! ����
Tamara por favor! que cosas me dices, me hacen mucha ilusión tus comentarios, me alegra mucho leerlos. Esto, he de decir, es sólo un pasatiempo, no espero dedicarme a ello profesionalmente. Si tienes algo que escrito, me encantará leerlo. Un beso enorme, disfruta de tus vacaciones y dame un toque si quieres que hablemos más. Eres un sol, falta gente como tú en el mundo!!
ResponderEliminarIgualmente y muchas gracias Estrella! (Por cierto me encanta tu nombre). Ya te dare algún toque porque me encantaría hablar más contigo. Imagino que esto es solo un pasatiempo pero nunca se sabe. Lo cierto es que yo antes escribía pero hace un par de años que no, supongo que me tendré que poner a ello y aunque no creo que sean tan geniales como los tuyos quizás algún día te pase algo. Felices vacaciones,sinceramente también falta mas gente como tú en el mundo. Un beso!
ResponderEliminar