¿Sabéis esa sensación de no poder parar, ese subidón, esa hiperactividad que podemos sentir a veces? Cuando tomamos mucho café. O cocaína. Pero ese no es el tema. Lo típico que sientes que te puedes comer el mundo, que puedes correr kilómetros y kilómetros. Que puedes gritar tan alto que al otro lado de la ciudad te van a escuchar. Que puedes volar. Amanda vivía con esa sensación siempre, desde que se levantaba hasta que volvía a casa, se quitaba las deportivas, preparaba unos cereales con leche y empezaba a ordenar, a limpiar, a mover los muebles, a probarse ropa. Luego se desmayaba, caía redonda. Al día siguiente vuelta a empezar. Seis de la mañana. Arriba.
-La radio también me encanta. Me parece estupenda. Es que es una forma de comunicación fabulosa. Sí, escucha. Es directa, sencilla, eficaz, ¿no crees? ¿Me escuchas?- Dio un gran bocado a su tostada, la mermelada escurría por las comisuras de sus labios. Bebió torpemente su café. - Es que mira a los gilipollas estos de la tele. Ni idea tienen. Con una cara bonita ya les sacan ahí, a decir lo que sea. A decir gilipolleces. Y es que, claro. Así vamos. Por eso me gusta la radio ¿me oyes? No necesitas ser atractiva o atractivo. Tu cerebro tiene que ser atractivo. Tus palabras y tus pensamientos. Porque la cara no se te va a ver. La gente no te va a mirar a las tetas. La gente te escucha. ¿Pero qué haces? Para. ¿No me estás oyendo?-
La oyente dio un gran suspiro. Apagó la televisión y la miró a los ojos.
-Amanda, qué quieres.-
Amanda tosió. Mientras se limpiaba con una servilleta, poniendo cara de no entender, contestó.
-¿Cómo que qué quiero? Bueno, nada, mujer, nada. Pasar un fin de semana con mi madre, qué cosas.- Risa tonta, sonrisa de anuncio de pasta de dientes. -¿Hay más café?-
-¿Qué te crees? ¿Qué nací ayer? Mira, Amanda, dime cuánto necesitas, y ya está.-
-No necesito nada.-
-Pues entonces ¿me quieres decir qué coño te pasa? ¿Por qué te presentas en casa después de meses, de madrugada? ¿Me lo vas a explicar? Porque yo desde luego no lo entiendo.-
Amanda se había apagado. Esa fuerza a veces tan insoportable parecía haber desaparecido.
-Es… La ciudad, el colegio. Estaba un poco quemada ¿sabes? Me he tomado unos días libres.-
-Te han echado.-
-Sí.-
Me encanta Estrella, en serio I have no words... Vas a escribir mas capitulos? xx
ResponderEliminarElisaaaaa, jo, no se. A lo mejor ahora en verano. que bien que te guste!!!!!
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